martes, 29 de septiembre de 2015

Las Dueñas de Zamora. IV. y último.


Las peleas entre las monjas de los dos bandos cada vez eran más encarnizadas, algunas de las favorables al obispo denunciaron a otras del bando de los frailes, acusándolas de tener tratos carnales con éstos, de hacerse sus  novias y de ser sus amantes.
 De no observar la regla de silencio y de los rezos.

La priora puso en el cepo a dos monjas rebeldes, pero luego las soltaron ( no se supo quien lo había hecho) y después pegaron una paliza a la priora.Las monjas durante siete años hicieron oídos sordos a las cartas del obispo.
 En 1279 otro obispo declaró que su conducta era un  escándalo público y echó del convento a varias  monjas

,.La fundadora, después de una visita del obispo, para congraciarse con él, hizo un testamento en el que dejaba todas sus posesiones a las monjas del convento, con la esperanza de que su nieta entrara en éste.
 Sus hijos habían muerto todos y así pensó que solucionaba la vida a su nieta.

Las monjas siguieron teniendo tratos comerciales, comprando y vendiendo propiedades como el molino de agua de Matarranas.

En 1279, empezó una investigación y el prior de Valladolid les convocó a declarar, pero no se presentaron, siguió todo igual durante varios años ,hasta que llegaron informes a Roma acusándolas de escándalos sexuales.

Fueron juzgadas 34 monjas ante el tribunal del obispo de Zamora. Varias fueron excomulgadas y expulsadas del convento y otras se fueron voluntariamente.

Para comprender mejor este suceso es imprescindible saber como eran los conventos en el S.XIII.

Allí había niñas de cuatro años llevadas contra su voluntad y teniendo que vivir allí hasta su muerte. También había  hijas de personajes importantes. Así al sacarlas del "mundo",los padres eliminaban los problemas. A otras las llevaban por motivos económicos, o tenían varias hermanas mayores y eran difíciles de casar.

Un caso muy conocido es el de Ildegarde Von Vingen, (hace unos años la hicieron Doctora de la Iglesia y santa).

Era hija de una familia noble, era la hija número diez y sus padres la entregaron a Dios como un regalo, como el diezmo de sus hijos..No había cumplido los diez años cuando la ingresaron.

También había mujeres que ingresaban por voluntad propia como confesó en sus escritos Santa Teresa (También la hicieron Doctora de la Iglesia), para poder leer, estudiar, escribir y no estar sometidas a un marido impuesto y morir jóvenes de los numerosos partos que tenían las mujeres entonces.


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